Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” Génesis 12:1-2 Como seguidores de Jesús nos hemos llegado a preguntar alguna vez en nuestras vidas ¿cómo puedo ser de bendición? si aún no se lo ha preguntado lo invito a que lo haga hoy; puede que una lista enorme con tareas casi imposibles se vengan a nuestra mente, pero déjeme decirle que el poder ser de bendición va en los detalles más pequeños, hasta encaminarnos a los más grandes; es decir yo soy de bendición cuando no respondo como lo haría alguien que no conoce a Jesús, soy de bendición cuando saco tiempo para ayudar a quien lo necesita, cuando se está pendiente en observar las carencias de quien me rodea. Hace unos días hablando con unos amigos que amo mucho; después de un domingo largo, una de mis amigas me comentaba que cuando me abrazaba yo me quedaba tiesa