“Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.”
(Hebreos 4:16) TLA
¿Quién hoy en día no tiene un problema o una preocupación en su vida? ¿Quién por más que se esfuerza no logra encontrar una solución para todo? Realmente nos damos cuenta que todos en este mundo que compartimos debemos sortear muchas pruebas algunas más complejas que otras, muchos tiene una familia, un apoyo, un consejero, un mentor, muchos posan su mirada en las personas en quienes más confían para abrir su corazón y hablar respecto a cada una de sus circunstancias, podría decir que la gran mayoría de personas en el mundo buscan un consejo o una palabra de aliento para tomar una determinación, pues el índice de automotivación y resiliencia en Colombia es relativamente bajo ocupando el puesto 119 en el mundo y más en una cultura como la nuestras donde el contacto e interacciones con nuestros allegados es mucho más fuerte y estrecha que en otras regiones del mundo, Jeremías 17:5 nos dice algo respecto a esto “Esto dice el Señor: «Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del Señor.” Entiendo que para muchos de nosotros que estamos leyendo este blog diremos, pero yo siempre hablo con Dios le cuento mis problemas, le pido consejo. ¿Pero cuánto más importante es para nosotros que las personas que nos rodean nos den su retroalimentación a nuestro predicamento? Si realmente recordamos que Dios es padre, hijo y Espíritu Santo recordemos que como hijo fue injuriado, maltratado y afrontó la muerte por tomar nuestra culpa y nuestro propio sufrimiento, como padre tuvo que aceptar todo esto por nuestro perdón y eterna salvación como único y último sacrificio como nos dice 1 Pedro 1:18-19 “18 Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, 19 sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.”
Como resultado de esto Dios como el Espíritu Santo se encuentra entre nosotros como el consolador quien nos fortalece y nos llena de su gracia, ahora bien en otras palabras tenemos un padre que nos escucha, nos ama infinitamente tanto como para llevar a cabo el mayor sacrificio posible y tenemos a Jesús que con su experiencia en la tierra nos ha enseñado como un hermano mayor que cuenta sus experiencias a sus hermanos pequeños como hacer las cosas correctamente, como realmente agradar al corazón de nuestro padre y como vivir en este mundo lleno de bendiciones, pruebas y tentaciones.
El mensaje de hoy no es más que una invitación a cada uno de ustedes para que sintiendo la aflicción en carne viva podamos acudir a nuestro padre amado, ir hasta el trono de Dios y pedir su consejo, desahogarnos, contarle nuestros secretos, aunque sepamos que él ya los sabe, quien mejor que Dios para saber qué es lo mejor para tu vida en su perfecta sabiduría.
-Andrés Bernal
Amen Andrés. DIOS siempre será nuestro mejor consejero y ayudador.
ResponderEliminarAmén, solo Dios tiene respuestas para nuestra tribulación.
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