Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
(Mateo 25:21)
El anhelo del corazón de Dios es el amor y la fraternidad entre sus hijos, por eso en nuestro ser siempre está el deseo de ayudar. La palabra nos aconseja que no nos cansemos de hacer el bien, que a su debido tiempo cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos, que siempre que tengamos la oportunidad hagamos el bien a todos en especial a los de la familia de la fe. La madre Teresa de Calcuta decía: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. Ayudar trae tanta satisfacción al corazón que podemos concluir que es mejor dar que recibir. Todos podemos servir, entendiendo que no solo podemos ayudar con cosas materiales, que son tan importantes en este tiempo. Hay otras formas de dar como lo es una llamada oportuna a ese familiar o amigo que está solo en este confinamiento, una video llamada, un consejo que edifique o una palabra de aliento y de consuelo. Si quieres servir, hazlo de corazón, desinteresadamente. Determínate a suplir la necesidad de alguien y las ideas empezaran a fluir a tu mente de parte de Dios.
Querido lector, te invito a que examines tu corazón para que puedas saber si hay algún impedimento que este frenando el que tú des o sirvas, como es el egoísmo, el orgullo, la indolencia… es un buen momento para que te pongas en los zapatos de esas personas o familiares que no tienen que comer en este momento, que sienten que no hay esperanza, que están enfermos, o que están pasando por el duelo de haber perdido un ser querido. Todas estas circunstancias la vemos a diario, pero el hacer una llamada para dar ánimo o aliento, esto es servicio. ¡Vamos! Ponte una meta diaria, Di a ti mismo: “Voy a ayudar a alguien en este día” Solo determínate y la oportunidad se presentará. Un ejemplo sencillo es algo que nos pasó hace unos días, fue que a un amigo le robaron el celular y él está sin trabajo. Solo fue comentar en nuestro grupo de amigos y alguien tenía un celular que no estaba utilizando y se lo regaló.
Todos tenemos algo para dar y de esa forma también vamos a recibir porque de todo lo que el hombre siembre, eso mismo también segará.
-Ovidio y Gladys Sanchez
Amen. Aveces solo es hablar y las puertas se abrirán. El señor siempre usa Ángeles y no siempre son los que uno cree.
ResponderEliminarEs así!!!, 💖.
ResponderEliminarAmen
ResponderEliminarHay mayor alegría en el dar
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