Hechos 20:18-24
Cuando Pablo se despide de la iglesia de Éfeso para viajar a Jerusalén hace una exhortación a todos ellos recordando lo que ha sido su caminar con Jesús y lo que le ha significado en términos de dolor, persecución, obstáculos, pero también viendo grandes recompensas. Su discurso arranca lágrimas y llanto de todos ellos quienes le despiden en abrazos, con la certeza de nunca más volver a verlo. Pablo nos enseña en este pasaje que el servicio al Señor implica entregar absolutamente todo y postrarnos a los pies de aquel que nos ha dado una nueva oportunidad en esta vida, aquel que nos ha limpiado y nos ha revestido de su poder, aquel que nos ha hecho un llamado irremplazable y que nos ha prometido acompañarnos mientras lo cumplamos con excelencia. ¿Y cómo se consigue esa entrega absoluta y sin condiciones? Primero, en humildad, libres de toda autosuficiencia y colocando el bienestar de los otros sobre el nuestro; segundo, sin rehuir a la oportunidad de predicar y enseñar, sin importar lugar, clima, circunstancias, el tipo de público que nos toque en cada oportunidad; tercero, en obediencia, sin preocuparnos por lo que pasará en el camino o cuando estemos allá donde nos lleve el Espíritu Santo, sabiendo que todo está y estará siempre bajo Su control; y cuarto, sin apartar de nuestra vista el premio al final de la carrera, la exaltación del Señor a través del fruto de este trabajo delegado en amor.
Cuando mi esposa y yo comenzamos a trabajar (de manera secular) y nos encontramos por primera vez, ella ya asistía a la iglesia hacía un tiempo mientras que yo no conocía del Señor. Las circunstancias llevaron a que ella pudiera empezar a compartirme de Dios y a predicarme casi que todos los días. Yo siempre me mostré reacio a dar el paso de fe que se requería; transcurridos seis meses acepté una invitación suya y empecé a congregarme de manera tímida, mientras iba reconociendo en mi corazón mi condición de pecador y que debía terminar cierta relación que me tenía lejos de la bendición de Dios. Durante este tiempo y en medio de dificultades empezó a nacer en el corazón un gusto mutuo que la llevó a ella a orar, ayunar, clamar y a morir a ese sentimiento; aún yo, sin conocer mucho de la iglesia y la Palabra, tuve un tiempo de postrarme y pedirle al Señor que si lo que estaba sucediendo no era su Voluntad prefería que ella se apartara de mi para no lastimarla y dañarla. Vino entonces un tiempo de separación impuesta a nosotros por medio de nuestros líderes, meses, que se hacía más difícil por el hecho de trabajar juntos. Ella, enamorada de Jesús, no estaba dispuesta a perder lo que había ya recibido en milagros y bendiciones para ella y su familia; yo, por mi parte, empezaba a caminar con el Señor y no quería perder mi salvación y las promesas que había recibido para mi casa. Entendimos que debíamos humillarnos, morir a nosotros mismos, obedecer sin titubear, mirar más allá de todo deseo o sentimiento egoísta y fijar los ojos en Jesús y su promesa. Y la tempestad pasó, tomó un tiempo pero luego la bendición llegó y nuestro noviazgo pudo empezar de manera transparente y agradable a los ojos de Dios. Este año cumpliremos 16 años de feliz matrimonio, tenemos un hogar con dos preciosos niños llenos de la gracia del Señor y el deseo de servirle haciendo de nuestra casa lugar de oración y de enseñanza de su Palabra.
Querido lector te invitamos entonces a que entregues todo lo que eres, lo que te define, lo que te guía, lo que te guste, lo que te anime, lo que te inspire, si eso no se encuentra bajo la voluntad de Dios y pueda llevarte lejos del propósito que El ya trazó para ti y los tuyos. Aún si el camino es duro y lleno de obstáculos, ten por seguro que Él va contigo y que te llevará hasta el otro lado en victoria, bendiciones.
-JUAN CARLOS Y PAULA ANDREA LEAL
Ohh si.
ResponderEliminarAmén . La bendición está siempre en rendirnos a sus pies .
ResponderEliminarLos amamos 😘
Bendiciones para esta preciosa familia sacerdotal, que es testimonio, ejemplo y bendición para todos los que estamos a su alrededor.
ResponderEliminarEl Señor los bendiga y multiplique en todas las áreas de sus vidas.
Es necesario rendirnos al Señor para que podamos ver su bendición.. que buena reflexión
ResponderEliminarHola amigos, bendiciones desde Brasil! Vemos claramente en esta familia, la bendición de obedecer a la palabra de Dios, y temerle al Señor. Dios bendice, libera, sana a sus siervos que lo buscan. Glorificado sea el Dios de Israel, por hacer de esta familia un exemplo a ser seguido. Que el poderoso Dios, único y verdadero, llene a esta familia de paz y gracia, que sean como un manantial de aguas que lleven la luz y la salvación de Cristo a todos que le están cerca.
ResponderEliminarEmmanuel A. Barros
La presencia de Dios siempre está con nosotros. Bello testimonio de esta gran familia. Deseo que el señor los bendiga, permanezcan Unidos y la luz resplandezca en ese bello hogar.
ResponderEliminarAmén. Muchas gracias por compartimos este hermoso testimonio. Que el señor los bendiga.
ResponderEliminarAmén, excelente enseñanza, son una familia de testimonio y ejemplo de lo que es rendirse a Jesús y confiar en Él.
ResponderEliminarLos amamos
Att: familia Mendoza Enchima
Amén es estar siempre alos pies de Jesús el tiene lo mejor para cada uno de nosotros...y su voluntad es perfecta..
ResponderEliminar¡Qué bendición! El testimonio de fe y vida es siempre edificante y anima a los fieles a seguir adelante mismo en momentos de tribulación. El amor de Dios nos hace superar a toda dificultad.
ResponderEliminar¡Dios continúe bendiciendo grandemente a esta familia! 🙏🌹
Desde Brasil, un gran abrazo.
Izabel Barros.
Gracias por esta enseñanza llena de testimonio y fe. Rendirnos comenzar con reedificar nuestra relación personal con Él. La Biblia dice: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte y traed madera y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado. Es necesario reedificar nuestra relación con Dios, porque una de las razones por las que no podemos rendirnos es porque nuestra relación con Dios esta distanciada u olvidada, este distanciamiento nos lleva a olvidar su voluntad y que en su respuesta hay bendición. Un abrazo Familia Leal Casallas, gracias por su amistad.
ResponderEliminarQue lindo Testimonio Juan Carlos y Paula. Morir nunca será fácil pero es confiar que DIOS siempre tiene lo mejor. Esperaron y hoy vemos el fruto de la obediencia. El señor les continúe usando grandemente.
ResponderEliminarLos queremos mucho Familia leal, familia con llamado sacerdotal
ResponderEliminarMorir a nosotros mismos y anhelar hacer la voluntad de Dios nos llevará a la bendición.
ResponderEliminarMi Amada Familia hemos visto el proceso de en el Señor, son un ejemplo a seguir. Los amamos. Desde Granada Meta
ResponderEliminarQue bello textimonio si sabemos que morir a todo ha sido muy difícil pero yo personalmente en este tiempo pienso mucho y me doy cuenta que morir es fácil lo difícil es hacerlo por la familia es como que uno dijera y la familia que pero no es mentira todos es os pensamientos es Dios que hace realidad todo todo en nuestras vidas igual sin el y el espíritu santo no dan ganas de seguir 🙏🙌🙏🙌😢
ResponderEliminarLos procesos del señor son muy especiales, quizás muchas veces no los entendamos pero siempre serán los mejores cuando nos rendimos a los pies de Jesús tenemos la victoria!!!
ResponderEliminarque lindo blog me encanta escuchar siempre esa bella historia de amor jejeje los quiero mucho -Leidy Espitia
Me encanta este testimonio, Hermosa Familia!! , gran ejemplo de la Bendición de Dios!!
ResponderEliminarQue hermoso mi Pau, que testimonio tan bello y confrontante! Ustedes son una familia de bendición para quienes podemos disfrutar de tan bella amistad!. El Señor los siga usando!
ResponderEliminarQue lindo testimonio, me anima a continuar este camino estrecho que debemos trasegar de la mano de Jesús. Cuando nuestro buen Dios coloca su mirada en nosotros para él servicio así nos escondamos debajo de las piedras de allí nos saca y poco a poco nos pule y nos hace estandartes vivos para llevarlo donde quiera que vayamos. Muchas felicitaciones a la familia Leal Casallas por la gracia de la obediencia, ustedes saben que la mejor paga viene de Dios.
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