Ir al contenido principal

ESPERANDO EL PODER DE LO ALTO


¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Salmos 42:11 | NVI


¡Esta historia te va a interesar!

El 25 de mayo desperté a eso de las 4:00 am con un profundo dolor de estómago, era intenso, sentía profundas punzadas y tenía un vómito incontrolable. Probé muchos remedios caseros y medicados sin éxito, y al ver que los síntomas no menguaban decidimos ir a urgencias al día siguiente.

En un centro médico de la Cruz Roja, un joven identificó la gravedad del diagnóstico por mi aspecto, mis ojos tenían un color amarillo y mi estómago presentaba una apariencia preocupante, yo necesitaba una cirugía de inmediato. Nos dirigimos al Hospital Simón Bolívar, el cirujano de turno al evaluar mi condición comenzó a descartar posibles diagnósticos: una úlcera reventada, cálculos en la vesícula e incluso cáncer pude escuchar esa noche.

Al día siguiente fui ingresado a hospitalización y me realizaron varios exámenes para descartar todo lo mencionado. De ese día no recuerdo mucho porque el sedante me hizo dormir, pero recuerdo bien que su efecto se fue y pasé una de las noches más dramáticas de mi vida, el dolor se multiplicó y los enfermeros de turno no tenían autorización para darme más analgésico. Finalmente a eso de las 4:00 am un cirujano ingresó a la sala y autorizó una dosis más intensa que logró aliviar parte del dolor.

Creo que todos conocemos el proceso para obtener un milagro: identificar el derramamiento correspondiente, reclamar la promesa y visualizarla, es fácil verdad. Pero en ese momento tuve que poner mi fe no solo en el milagro sino en aquel que lo puede realizar. Tuve que soltar y poner mi confianza en su voluntad, porque es buena, agradable y perfecta, entendí que el propósito incluye el resultado final y también el proceso. Por mí que ingrese un cirujano y me diga que no es grave, y con un par de medicamentos me puedan dar de alta ese mismo día, dije, pero al estar allí supe que tenía que vivir el proceso, y lo acepté.

En ese momento pude escuchar la canción “todo va a estar bien” de Barak que alguien reprodujo en su celular, y me apropié de esa frase con todo mi corazón. Al instante se acercó el cirujano de turno quien me dio el resultado de los exámenes: tenía apendicitis. De inmediato subimos a la sala de cirugías y me dijeron que no tardaría mucho, después de todo, era una apendicitis. La cirugía inició a las 8:00 am y terminó a las 3:00 pm, supimos después que el procedimiento se complicó.

En los días siguiente se me presentó un síndrome post operatorio complejo, mis intestinos se detuvieron como lo hace el corazón en un infarto, se desconectaron temporalmente del cuerpo y se inundaron, lo cual obligó a insertar una sonda nasal por 3 días para drenarlos (con esta sonda no podía hablar). Al tiempo la inflamación era tal que me limitaba el espacio para respirar y esto me llevó a realizar terapias respiratorias por el poco aire que recibía.

Mi cuerpo se acercó a un cuadro de anemia y perdí compuestos en la sangre como potasio, así que me canalizaron 4 diferentes medicamentos, dos en cada brazo, uno de ellos se convertía en ácido al entrar en contacto con la sangre, tanto era el dolor que necesité un calmante en el otro brazo para reducirlo. Recuerdo despertar de dolor en las noches, tomar las bolsas de suero y caminar por la habitación repitiendo una y otra vez el Salmo 23. Por momentos tuve mucho miedo, pero me repetía a mí mismo “todo va a estar bien” porque así lo prometió el Señor.

Cual sería mi sorpresa al ver el apoyo en oración de docenas de personas, incluso de varios ministerios que yo no conocía. Hace poco tuve el privilegio de hablar con la pastora Claudia Castellanos quien me dijo que los pastores estuvieron pendientes de mi salud. Dios levantaba de madrugada a mi papá para que intercediera por mí, sin saber que a esa hora los dolores se hacían más intensos, y en la noche más difícil después de la cirugía un grupo de amigos se reunieron para interceder por mí en zoom sin saber que estarían orando la oración que yo no podía pronunciar.

No tengo más ejemplo para darles, el Señor me llevó al fuego porque así se purifica el oro, el diamante algún día fue un carbón que soportó una gran presión hasta hacerlo brillar. Aunque no lo pude ver, sé que estuvo obrando, siempre estuvo obrando.


Sí, el Señor desea que vivas el proceso pero descuida, ¡todo va a estar bien!

-Daniel Ardila



Comentarios

  1. el señor tiene todo en control en todo momento

    ResponderEliminar
  2. Wow que testimonio de fe. Las pruebas son las que nos permiten acercarnos a Dios de una manera genuina !

    Milena Casas

    ResponderEliminar
  3. Wow que testimonio de fe. Las pruebas son las que nos permiten acercarnos a Dios de una manera genuina !

    Milena Casas

    ResponderEliminar
  4. Todas las pruebas son difíciles en especial las que tienen que ver con nuestra Salud. Lo importante es tener muy claro que el señor Jesús llevó todas nuestras enfermedades.

    ResponderEliminar
  5. Todas las pruebas son difíciles en especial las que tienen que ver con nuestra Salud. Lo importante es tener muy claro que el señor Jesús llevó todas nuestras enfermedades.

    ResponderEliminar
  6. Amen. Tiempos de forjarnos en el fuego con el Señor a nuestro lado y salir victoriosos, sin desfallecer.

    ResponderEliminar
  7. Las pruebas NO puede ser más grandes que nuestra fe.

    ResponderEliminar
  8. Un gran testimonio, que bendición!!!

    ResponderEliminar
  9. Tremendo Daniel. Es muy cierto lo que dices el tiempo de poner en práctica lo aprendido y la fe no es un proceso fácil y más cuando el propio cuerpo es atacado. Fue la máxima prueba de Job (ya que amenazaba su vida). Se que después de esto no eres el mismo y tu testimonio es prueba de la bondad de DIOS. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Los tiempos de sufrimiento, son los tiempos de mayor crecimiento.

    ResponderEliminar
  11. De bendicion tu testimonio, pues eres un milagro vivo.

    ResponderEliminar
  12. El proceso es lo que no queremos... pasar porque todo lo queremos al instante ! Pero es necesario para nuestra formación de su carácter en mi!
    Rossemarie Rizzo

    ResponderEliminar
  13. Los procesos son dolorosos e incomprensibles que que b tener la confianza que al final todo va estar bien.

    ResponderEliminar
  14. El Señor es fiel. Dios es poderoso. El cuida de nosotros. Sus promesas son reales. :)

    ResponderEliminar
  15. Gracias por su mensaje y si es verdad cuando buscas a Dios con un corazón contrito y humilde recibo de El

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

VOLVIENDO A LOS BRAZOS DE NUESTRO PADRE DIOS

“Y levantándose, vino a su padre, y cuando aún estaba lejos lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó”. (Lucas 15:20) En este capítulo, vemos como el Padre (Dios) por su inmenso amor y misericordia no le importó, ni cuestionó la condición en la que se encontraba este joven perdido, lo más importante para el padre fue su regreso, quien inmediatamente le recibe con sus brazos abiertos y le perdona. (Juan 3:16) nos muestra como Dios por amor a cada uno entregó a su único hijo, para aquel que en él crea “No se pierda”, sino que tenga vida eterna. Lo mismo nos puede suceder a cada uno de nosotros cuándo nos apartamos de nuestro Padre Dios llevando una vida de pecado, alejándonos de Él, pero cuando reconocemos nuestra falta y nos arrepentimos, siempre tenemos en Él su amor y misericordia. Su amor es tan grande que no nos cuestiona, no nos pide explicaciones, por el contrario se regocija de nuestra actitud hacia Él (humildad). Querido L...

¿NUESTRO CORAZÓN ES EL ALTAR DE DIOS?

ISAÍAS 29:13-14 “13  Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; 14  por tanto, he aquí que nuevamente excitare yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.” Cuando DIOS me dio esta palabra entendí que aun cuando estábamos en la iglesia, en las reuniones, muchas veces sólo asistíamos más por hábito,  que otra cosa, tal vez porque te sentías bien estando en  ese lugar, pero no porque tuvieras  un verdadero deseo en tu corazón de buscar una palabra de parte de DIOS, ya que estando ahí solo te preocupabas de que llegaran tus discípulos o de servir o estar pendiente de lo que te dijera tu líder o pastor o por las preocupaciones del mundo, pero no te preocupabas por ad...

CREYENDO EN LAS PROMESAS DE DIOS

"Promesas" ... Sé que Dios te ha dado tantas promesas a lo largo de tu vida , que tal vez por el tiempo o por lo que has tenido que pasar   te has olvidado de ellas. Conocemos la historia de Abraham y Sara, que Dios les dio la promesa de que iban a tener un hijo   y   que su descendencia iba a ser numerosa Génesis 17:3-9, en un principio no creían en esa promesa por qué les parecía algo imposible pues ya eran avanzados de edad y Sara era estéril. Pero ¿Que sucedió?... Abraham necesitaba fe para poder creer en esa promesa, puede que Abraham y Sara se hubieran rendido por las circunstancias difíciles o por el tiempo que había pasado ... pero decidieron creer en esa promesa y poner su confianza en Dios.  Sabes, creer en las promesas de Dios también significa esperar con alegría, Cuando tenía 13 años Dios me dio una promesa en Isaías 10:27, y él me decía que a través de la unción que el derramará sobre mí, el quitaría el yugo... Y yo le creí, pero en esos mismo...