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UNA VIDA DE SERVICIO A OTROS


Cuando pienso en una vida de servicio, pienso en los grandes protagonistas del cristianismo de siglos pasados,  personas que pasaron a la historia por sus actos de servicio, su entrega a Dios con historias tan impactantes y obras tan grandes, personas que quizás el tiempo las hizo pasar al  olvido a pesar de sus obras aquí en la tierra, como María Buelah Woodworth-Etter una mujer que Dios llamó a los 13 años  pionera en  manifestaciones del Espíritu Santo, que son tan comunes en los grupos carismáticos y pentecostales de  hoy, pero que enfrentó la infidelidad de sus esposo después de casi 30 años de matrimonio,  la muerte de 5 de sus 6 hijos de manera prematura, la muerte de su segundo esposo  a los pocos años de sus matrimonio, la discriminación en su congregación que le impedía predicar en un púlpito, pero que en  un culto  recibió el bautismo del Espíritu de manera especial   mientras oraba por  recibir la "unción para el servicio". 

Y solo ahí en ese momento a sus 41 años después de esa experiencia Dios comenzó a usarla,  con predicaciones públicas, con conversiones masivas, con milagros incontables, sin el respaldo de una denominación religiosa, lo que la llevó a comprar una carpa de 8,000 asientos para llevar a cabo sus servicios. 
Su influencia alcanzó a los siguientes grandes evangelistas que seguirán sus pasos como Aimee Semple McPherson,  John G. Lake, y Katheryn Kuhlman.
Se le atribuye en cierta medida al ministerio de María el avivamiento pentecostal en Francia gracias a su escritos sobre sanidades y  sobre el Espíritu Santo.
Ayudó a fundar la comunidad Asambleas de Dios a sus 70 años, la comunidad más grande de iglesias autónomas en la actualidad, cuya obra desde su fundación ha alcanzado presencia en 190 países, 375.310 iglesias inscritas,  69.200.000 de miembros, 560.678 pastores,   2.474 institutos bíblicos,  8.384 hospitales,  73.947 escuelas,  9. 865 escuelas secundaria, 6.789 universidades, sin olvidar el impacto social, a través de orfanatos y fundaciones.
María Buelah Woodworth-Etter  Partió con el señor a los 80 años.
Sólo menciono la vida de la hermana María, porque una vida que quiera servir es difícil de encontrar, pero en lo eternidad jamás se olvidará, porque Jesús lo indicó en su  palabra.
“Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás” MT 20.26 DHH
Recordemos 
El propósito final del servicio es demostrar amor, y amar es el cumplimiento de los mandamientos.
Nadie podrá amar si no tiene al Espíritu Santo, por eso si quieres servir y ser grande en el reino de Dios, pide que El te sature de su amor, y que te entregue “la unción del servicio” y de esa manera jamás será un sacrificio  servir y comenzaras a trascender con tu vida.
El servicio no es esclavitud, es libertad para elegir 
El servicio no es coacción, es convicción
El servicio no es obligatorio, es voluntario
El servicio no es ser inferior, es hacerte grande en Dios  
El servicio no es  limitarse a tener, es ser amplio en dar sin esperar 
No nos cansemos de servir, porque al final solo nos parecemos a nuestro señor Jesús que vino a servir y no a ser servido.
TAREA: Determinante a hablar con el Señor y comprometerse a servir al Señor y de qué manera lo vas a hacer.
Por Camilo & Yuliana



Comentarios

  1. Así es!!
    Mi vida al servicio de Dios

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  2. El Señor anhela que nuestra vida sea de servicio a todos quienes nos rodean, especialmente que ese servicio nos lleve a que muchos conozcan de El 👆🏻

    ResponderEliminar

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