Estos días tuve una conversación con un chico, el joven tendría entre 21 y 26 años, está ad portas de graduarse como abogado, tiene grandes amigos, porque los conozco, tiene una muy buena relación con sus padres, y trabaja en una de las mejores compañías de Colombia. Pero en conversaciones con él me comentaba que no siempre fue así, que su proyecto de vida hace 10 años no era ese, es más no tenía ni un proyecto de vida. Me comentaba que venía de una familia disfuncional, padres divorciados, una madre ausente, y un padre áspero, amigos consumidores de drogas y ladrones, los cuales se encontraban tan vacíos como él. Marcado por las heridas de su niñez, él era el prospecto perfecto para terminar mal.
Una vez escuche esta introducción que me dio, no dude en preguntarle ¿qué pasó?, cómo terminó estudiando y conquistando tantas cosas, y su respuesta fue una sola, JESÚS, me contó cómo tener un encuentro con él había cambiado su vida, como las heridas de su niñez fueron sanadas, y como Jesús le había dado una identidad, él me aseguraba apasionadamente que le había dado un propósito.
Días después lo volví a ver, y emocionado le pedí el favor de que me contara más de ese Jesús, más de él, porque nunca había escuchado a alguien hablar tan apasionadamente, él procedió a contarme un poco más de su testimonio, me dijo que la primera vez que pisó una iglesia le dijeron que debía asistir a una velada, y como él no sabía lo que eso significaba se quedó dormido a las dos horas de haber empezado la reunión, y no habló de un sueño ligero de cerrar los ojos, me dijo que el cerro sus ojos, reclinó su cabeza y sin darse cuenta estaba roncando con la boca abierta en frente de todo el mundo, predicadores y líderes en ese recinto conocieron sus ronquidos antes que su voz. Es decir, hasta en la iglesia él era el peor prospecto de cristiano, luego me dijo que aunque salió un poco desanimado de esa velada, lo invitaron a un grupo de oración y posteriormente a un encuentro que realizarán a las afueras de la ciudad de Bogotá, aunque el solo pensaba que ojalá no hicieran más veladas para no volverse a quedar dormido, lo que él no sabía es que realmente lo que iba a tener era una cita con el creador, cuando él asistió a ese encuentro, algo pasó en él, él no era el mismo hombre que había entrado, él era otra persona, cuando salió, sus heridas habían sido sanadas, los vacíos que durante años cargo ya no estaban, porque ahora el Espíritu Santo estaba en él, y me dijo:
“- aunque no fue fácil, le entregue mi juventud a Jesús”
Como cristianos habitualmente nos cuesta predicarle a una generación más joven que nosotros, pensamos que quizás no tenemos nada en común, o que quizás no van a entender el evangelio, y tratamos de excusar nuestro miedo diciendo que luego les predicaremos, que cuando ellos sean más “maduros” entenderán, pero la realidad es que Dios nos ha llamado a predicarles también a esta nueva generación, porque a fin de cuentas también es nuestra responsabilidad levantar jóvenes con principios como los de este joven.
Muchas veces pensamos tanto en el hoy, que se nos olvida que lo que invirtamos en esta generación de jóvenes es tan importante como predicarles a nuestros adultos, porque a fin de cuentas, los jóvenes que hoy tienen entre 15, y 25 años, dentro de diez años serán los jóvenes que conformen las familias de nuestro país, serán los jóvenes que podrán votar, y lo más importante, serán a los jóvenes que críen a la futura generación.
No subestimemos a esta nueva generación que viene, es más, tomemos como ejemplo las palabras que constantemente le decía Pablo a Timoteo, sabiendo que él tomaría la antorcha para predicar a una nueva generación.
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4: 12).
-Felipe Mercado
Jejeje. Yo que te conozco bien... Mi Pipe siempre leo con emoción tus blogs (se que eres tú empezando a leer) porque tienes un sello de agua. Podría pensar que ese joven eres tú y de verdad que te admiro mucho porque eres testimonio que siendo joven se puede ser radical y tomar buenas decisiones. Sigue siendo ejemplo en todo y ganando a muchos para DIOS. Un abrazo.
ResponderEliminarentregar mi juventud a Dios no fue fácil pero ha sido la mejor decisión de mi vida, lindo blog!!
ResponderEliminarCOMPARTIRÉ TU BLOG A MUCHOS JOVENES QUE CONOZCO, GRACIAS PIPE, DIOS SIGA BENDICIENDO TU VIDA
ResponderEliminarQué motivante es ver la Gloria y el esplendor de Dios a través de las personas. Gracias por ese testimonio.
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