Recuerdo cuando tenía unos 16 años, obtuve una de mis primeras pequeñas victorias.
Resulta que venían las pruebas estatales, las cuales eran requisito para poderme graduar del colegio, y la verdad yo no era el prospecto a sacar las mejores notas, no era de esos académicos que ya todos conocemos, yo era solo otro joven al que los profesores categorizaban con “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad”, sin embargo, aunque no tuviera el mejor rotulo, yo esperaba con ansías esos exámenes, para mí era ese punto donde probamos de que estamos hechos, pero tranquilos, aun no les voy a hablar del examen, primero debemos retroceder días previos a la prueba, ya que Dios me había dado mi primera palabra, solo para mí !!! sentía como si esa palabra hubiera sido escrita por la misma mano del creador y bajada a mi biblia. 1 Corintios 1:27, sin entenderla la creí y tuve fe, seguramente un necio como yo podría ser usado.
Finalmente llego la fecha esperada, la presentación de mi examen, llegue al sitio indicado para desarrollarlo, aliste mi lápiz amarillo n°2 y un par de chocolates, porque me habían dicho que eran buenos para comprender las difíciles preguntas, recuerdo que de la ansiedad que llevaba tenía como tres lápices conmigo, decía; “por si alguno se daña”, y finalmente empecé a responder, terminé mi examen, y me fui a mi casa, con la premura de saber los resultados.
Tres meses después, llegaron los resultados, nos reunieron a todos en el salón donde habitualmente realizábamos nuestras elegantes ceremonias de colegio, y empezaron a llamar a personas al azar, y dentro de esas personas estaba el nombre de quien les escribe, ansioso, pero con algo de incertidumbre me acerque, y una vez finalizada la lista de estudiantes, se nos informó que habíamos sido los mejores resultados de las pruebas, que nuestros exámenes fueron las mejores sobre muchos otros colegios, y mientras los otros celebraban, yo me sentí ajeno a esos lugares, la verdad nunca había sido merecedor un reconocimiento tal como este, pero cuando más me sentí ajeno a ese lugar, escuché el susurro del Espíritu Santo, diciéndome “te lo dije, 1 Corintios 1:27”.
Saben, yo la verdad no estaba muy seguro de sacar los mejores resultados, pero tenía una palabra de Dios, sabía que él me había hablado, y eso era suficiente. En el capítulo 10 del libro de Josué, el señor le da una instrucción al ejército de Israel:
“No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti.
Y Josué vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal.”
Lo que me gusta del pueblo de Israel, es que así como Dios nos habla a nosotros y nos ha dado la victoria en varios aspectos de nuestras vidas, él ya le había dado la misma instrucción a Josué.
Habitualmente como cristianos algo que muchas veces nos cuesta, es cuando Dios habla, y luchamos con sus promesas, porque aunque suenan fantásticas, quizás no es lo que creemos que resultara de nuestras batallas, y hoy no quiero pararme sobre una balanza moral y decirte que ha sido fácil creer cuando Dios habla, pero si te digo, que él siempre ha tenido la razón, y que sus promesas se han cumplido.
Quizás en este último tiempo te has visto envuelto en circunstancias que te han querido hacer retroceder, o te han hecho olvidar las promesas que Dios te ha revelado, pero hoy te pido que por favor vuelvas a creer y avances, así como Josué avanzo cuando Dios le dio esa promesa, si Dios te ha dado una promesa en tu área financiera, ministerial, o personal, créela, porque él es fiel para cumplirla. No te detengas, que aún queda más, aunque los demás piensen lo contrario, estoy completamente seguro, que Dios cumplirá lo que fielmente ha prometido.
¡¡¡Vamos!!! ¿Qué esperas?
-avancemos.
Muy interesaste. Quien es el autor?
ResponderEliminarAmén. Solo su Palabra y sus promesas permanecen.
ResponderEliminarAmén, El Señor siempre cumple, Gracias
ResponderEliminarMuy bien blog, de una manera tan sencilla Dios nos habla, y debemos tener siempre confianza en nosotros mismos y cómo hijo de Dios que somos.
ResponderEliminarGracias, buena enseñanza, Dios es fiel y cumple sus promesas y no nos dejara avergonzados.
ResponderEliminarExcelente, es tener la confianza que si Dios lo dijo el lo cumple, estar enfocado en las promesas......
ResponderEliminarGracias
Fredy Alonso
Amén 🙏🏼 tiempo de seguir creciendo
ResponderEliminarYo se que mi Dios me va cumplir el es Dios de promesas y el me prometio que no me humillarian mas j que boy hacer feliz deseo irme de este pais
ResponderEliminarDIOS no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta lo que dijo que haría, hará. Aunque no es tan fácil caminar en la promesa, siempre debe estar presente en nuestras oraciones y ser nuestra ruta de fe. Gracias a quien escribió el blog, linda manera de enseñar.
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