HCH 3. 1-10
“Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”
Como cristianos en ocasiones le pedimos a la gente que ponga sus ojos en Jesús y no en nosotros, porque no somos perfectos y muchos otros argumentos, pero como vemos este pasaje bíblico, lo primero que dijeron los apóstoles a este hombre cojo de nacimiento fue “Míranos”, ¿acaso era esto necesario?, por supuesto que si, cuando tú dices ser cristiano las personas te miran, miran tus acciones, tus palabras son muy exigentes a la hora de evaluar si lo que dices es consecuente con lo que haces y sabes porque querido lector: porque somos la imagen de Cristo en la tierra (cristiano; seguidor, imitador de Cristo), como conocerán Cristo si cuando te miran a ti lo miran a él, suena complejo pero así es.
Que no queramos que las personas nos miren a nosotros solo es una muestra que estamos llenos de debilidades y falta de carácter, y ¿quién no? Por favor no se trata de eso, se trata de mostrar, muestre como en medio de esas debilidades Dios puede usarnos, Él no se limita somos nosotros que ni en nosotros mismos confiamos “¿pero cómo? es imposible que yo sea perfecto amigo mejor mira a Cristo” sabes es un mandamiento «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48), Dios se va a encargar de perfeccionarnos, él es experto en convertir el caos en armonía, ¿dolerá? A lo mejor sí, Dios tomara cada área de nuestra vida y trabajara en ellas, “El proceso será largo y en parte muy doloroso, pero eso es lo que nos espera. Nada menos. Él hablaba en serio” (C.S. Lewis)
Permitir que las personas: discípulos, familia, amigos, compañeros de trabajo etc. etc. te miren, será la manera de acercarlos a Jesús de mostrar quien habita en tu vida, lo más tremendo de este pasaje es que este hombre estuvo atento a recibir algo de los apóstoles, pero no recibió lo que esperaba una limosna recibió algo mucho mejor conoció a Jesús y su poder porque fue en su nombre que recibió sanidad.
Los apóstoles dieron de lo que ellos tenían, en su corazón había compasión, había misericordia esa que sentía Jesús al ver un enfermo y por eso pudieron darle a ese cojo de lo que había en ellos, no podemos dar de lo que no tenemos, si no has conocido el verdadero amor, el amor de Dios no podrás amar, ni a ti mismo ni a los demás.
Esta es una invitación acerquémonos más a Jesús, solo cuando le conocemos, otros podrán verlo a través de nuestra vidas y podrán recibir de lo más maravilloso que tenemos que es Jesús en nuestro corazón!
-Ana Mirith Gonzalez
Amen. Muy cierto Anita. Necesitamos ser el reflejo de JESÚS en todo lo que hagamos y digamos, porque así hay esperanza. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente palabra :)
ResponderEliminarAmen, así es debemos ser el reflejo de Jesús para así poder ser de testimonios a otras personas
ResponderEliminarExcelente mensaje, muchas gracias!!
ResponderEliminarSi. Siempre debemos mirarnos en el espejo de su palabra. Permitir ser redarguidos por su Espíritu.
ResponderEliminarExactamente qué nuestras palabras sean consecuentes con lo que hacemos porque muchos a la verdad nos observan y examinan si realmente somos el reflejo de Jesús es una responsabilidad el ser como el agua en completa transparencia tremenda palabra Anita Es una realidad 💝👏
ResponderEliminarAmén, que seamos reflejo de su amor y misericordia
ResponderEliminarAUNQUE MUCHAS VECES NO SOMOS CONCIENTE DE ESA REALIDAD, LAS DEMAS PERSONAS SI VEN A CRISTO REFLEJADO A TRAVEZ DE NUESTRAS VIDAS
ResponderEliminarUn mensaje al Tuétano, que nuestra mirada predique significa más santidad, gracias amiga
ResponderEliminarSomos llamados a ser testigos de lo que Jesús; cuando tenemos motivos egoístas, nos cuesta mucho tomar decisiones justas e imparciales. Nuestro juicio se nubla, y nos ocurre como a la brújula que deja de marcar el norte con precisión si se encuentra cerca de una masa de hierro.
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