LA PATERNIDAD DE DIOS

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él. (1 Juan 3:1)

Cuando tenía la edad de casi 6 años murió mi papá envenenado por uno de sus mejores amigos, dicen que le hicieron hechicería o un maleficio, mi mamá sufrió mucho viendo a mi papá en ese estado y llevándolo a diferentes médicos y no hallaban lo que tenía, después de un año de angustias vino alguien del Chocó y se lo llevó, nunca más lo volvimos a ver. Éramos cuatro hermanos  y empezó un estilo de vida diferente, pues a pesar de que mi papá trabajaba en un restaurante bar de mesero no nos hacía falta nada, después de su muerte todo empezó a faltar, fue la primera vez que en un diciembre  no hubo regalos, le quitaron la casa a mi mamá, los ahorros de mi papá se desaparecieron, a mi mamá nunca le dieron una sola moneda pues no hubo como comprobar que mi viejo había muerto, yo me llené de rabia pues me preguntaba por qué se había muerto, por qué nos había dejado solos, el cuándo se lo llevaron dijo que volvería fuerte y vigoroso y nos dimos cuenta de que había muerto como dos meses después de enterrado.

Mi mamá le tocó trasladarse a mi pueblo natal pues allá estaba la mayoría de la familia de ella y aprendí a hacer muchas cosas, no quería saber nada de los familiares de mi padre al principio, no quise saber dónde estaba enterrado pues según mi sentir él nos había abandonado al morir, no conocía lo que  Dios dice en su Palabra: AUNQUE MI PADRE Y MI MADRE ME DEJARAN, CON TODO, DIOS ME RECOGERÁ… 

Eso lo aprendí cuando a los 48 años supe que tenía  un Papá en el cielo y que estaba siempre cerca de mí, pude  comprender que muchas veces no entendemos el por qué de las cosas, porque a pesar de que no fui la persona más correcta   y le  fallé a Dios él siempre ha sido fiel, me dio una esposa unas hijas y aunque no quise ser infiel  me enrede con otras mujeres y tengo un hijo por fuera del matrimonio, procure que el vacío que sentí de no tener un papá él no lo tuviese, he buscado el perdón de Dios y de mi esposa,  de mis hijas y hasta de mi hijo por ser como fui y muchas veces declaró como dice el salmo 31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, delante de los hijos de los hombres!. En el 2004 alguien me habló del amor de Dios que él podía ser mi papá, yo un poco incrédulo fui a una reunión un viernes al coliseo cubierto el campín, después de ese día todo cambio, la persona que predicó dijo que si yo cambiaba todo cambiaría y lo hice, le creí a Dios ya no más borracheras y andar buscando lo que tenía en casa: amor y por consiguiente obtuve el amor de Dios aunque ahora entiendo que Él siempre me amó y ahora puedo decir confiadamente: Abba Padre!( Ro 8:15;Gal 4:6)  

Una pequeña oración que hago todos los días: 

Amado Padre, sé que no soy digno de tus misericordias más tú me las das como el padre amoroso que eres, es tu naturaleza, más quiero suplicarte que no me sueltes que pueda seguir aferrado de ti hasta el día de mi fin, gracias Señor por resplandecer tu rostro sobre mí y mis seres queridos en Cristo Jesús amén y amén. 

Porque Dios es bueno todo el tiempo y todo el tiempo Dios es bueno.

-Ángel Gustavo Córdoba