Probablemente estás acostumbrado a pensar acerca de la generosidad como un “deber”, un aspecto necesario, pero nada atractivo de la vida cristiana. Si es así, veamos cuatro razones sencillas del por qué es realmente la manera más sabia de vivir.
1. La generosidad es una gran idea porque cambia nuestras vidas.
Las personas que dan generosamente se sienten bien por hacerlo y son bendecidas en maneras que nunca habían esperado. Cosas grandes suceden en ellos, y cosas grandes suceden a quienes les rodean. Jesús dijo que es mejor dar que recibir (Hechos 20:35). Proverbios 11:25 nos dice, “El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado.”
2. La generosidad nos conecta con otros.
Cuando las personas son generosas y llenas de gracia, muestran amor y alegría. Hay algo muy atractivo en quienes tienen un sentido de amabilidad, aquellos que sirven a los demás, aquellos que pagan la cuenta de alguien más o que aún están dispuestos a incomodarse ellos mismos para extender la mano y ayudar a otros. Las personas generosas generan sentimientos positivos en sus relaciones, lo que causa que otros quieran estar a su alrededor.
3. La generosidad nos ayuda a invertir en lo que realmente importa.
La generosidad también es una gran idea porque es una inversión garantizada de alto rendimiento. Esto es más que una cuestión práctica. Espiritualmente, la generosidad nos protege de las malas inversiones de nuestro tiempo, nuestro talento y de nuestro tesoro, y crea riquezas a largo plazo.
En cierto sentido, todo lo que haces es una inversión. Siempre estás invirtiendo tu tiempo, talento y tesoro en algo. Y en lo que sea que te estés vertiendo, ahí es donde está tu corazón.
4. La generosidad libera nuestros corazones.
Jesús quiere protegernos de malas inversiones y prepararnos para inversiones eternas. El principio se trata de algo mucho más importante que de nuestras finanzas; se trata de nuestro corazón.
El dinero es un espejo de nuestro corazón delante de Dios. Si quieres una medida precisa de tu relación con Dios, revisa tu estado de cuenta bancaria y tus gastos en la tarjeta de crédito. Fíjate hacia dónde va tu dinero. Esto te dirá en dónde está puesta tu devoción.
Hay dos tipos de tesoros en la vida: los que son temporales y los que duran para siempre. Tenemos que decidir para qué tipo de tesoro vamos a vivir, si vamos a vivir para el hoy o para la eternidad. Si nuestros ojos están puestos en las cosas de Dios, Él es nuestro Señor. Si nuestros ojos están puestos en las cosas del mundo, entonces esas cosas son nuestro señor.
-Ricardo Torres
Ricardo, de acuerdo con esas razones para tener un buen enfoque de donde debemos poner nuestra mirada, he pensado q lo espiritual es más real q este mundo material, lo espiritual es eterno y es allar gracia delante de nuestro Señor, buscar más de Dios, de nuestro Señor Jesucristo, el desierto es bueno y nos enseña a compartir y vivir de una manera diferente y muy bendecida. Ayudar a otras personas en todo tiempo en la abundancia o en la escasez es lo mejor.... Un abrazo
ResponderEliminarAtt,
Fredy Alonso
Aunque damos sin ningún interés, Dios siempre se las arregla para recompensarnos al doble.
ResponderEliminarTenemos que decidir para qué tipo de tesoro vamos a vivir, si vamos a vivir para el hoy o para la eternidad. Donde esta nuestro tesoro esta nuestro corazón.
ResponderEliminarGracias, buena reflexión
ResponderEliminarMaribel Ramirez
Cuando somos generosos y no solo en lo económico, con los demás, nos hace desenfocarnos de nosotros mismos y nuestras necesidades. Entender que estamos en posibilidad de ayudarnos los unos a los otros en el vínculo perfecto que es "el amor".
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