Ir al contenido principal

EL CIELO EN LA TIERRA

Les cuento que en la pasada navidad me regalaron algo que anhelaba hace mucho tiempo; un Ukelele, es parecido a un cuatro y bueno les cuento que tengo como meta aprender a tocar una canción que me viene gustando desde el 2020 y la verdad cuando la escucho me deja pensando y hasta quebrantada, la puedo escuchar una y otra vez. (en la parte de abajo te dejaré la canción para que también te ministre)

 

“Aquel que es la Palabra

habitó entre nosotros

y fue como uno de nosotros.

Vimos el poder que le pertenece

como Hijo único de Dios,

pues nos ha mostrado

todo el amor y toda la verdad.”

Juan 1:14


Todo esto de hablar y afirmar que el cielo en la tierra aquí esta, hace parte casi de un misterio; en el versículo anterior vemos cómo Dios se hace hombre y viene a restaurar lo que hizo el pecado cuando nos separó del poder relacionarnos con Dios, pero llega Jesus y con milagros, restauraciones y promesas; con esto creando espacios del cielo en la tierra, mucho más palpables y tangibles, cielos chiquitos. Es muy difícil en este momento ver el cielo en la tierra y aún más cuando vemos que las cosas no cambian, que son más dolorosas; es cuando no es tan sencillo ver EL CIELO EN LA TIERRA, pero cuando Jesus volvió a estar a la diestra del padre nos dejó al Espíritu Santo, ese consolador y paracleto; es la oportunidad que nos dejó Dios para conocerlo aún más y acercarnos a Él, es de esta manera como podemos hacer que nuestro hogar sea un espacio del cielo en la tierra y así tu matrimonio, ministerio y cada área de tu vida en la que podemos afirmar que el cielo en la tierra aquí está.

Así que hoy te invito a poder pedir perdón y perdonar, especialmente a las personas que viven contigo, lo sería ideal junto a una santa cena, esto acompañado de un vino y pan, también otras cosas que lo puedan reemplazar; prepara una noche en la que puedan comentar lo que más admiran del otro y si estás lejos podrías organizarlo de manera virtual; recuerda que la meta es invitar al Espíritu Santo en tu hogar; ningún hogar es totalmente perfecto, pero ten por seguro que sí es un pedazo del cielo en la tierra, será ese lugar de refugio.


-Maria Alejandra Rey Rizzo 






Comentarios

  1. Esta visto que el poder del Espíritu Santo es incalculable. Anhelo que esté siempre en mi corazón. Las cosas del Señor son sobrenaturales así que no daré más guerra a mi Padre celestial pues hoy me permite emprender una camino de confianza en El.

    ResponderEliminar
  2. Al escuchar la expresión cielo en la tierra me parece increíble pensar que a pesar de todo lo que pueda pasar si es real y constante.
    Y creo en mi corazón que gran parte de ese cielo en la tierra somos nosotros determinados a vivir mas como Jesús y menos como la sociedad dice que vivamos. Gracias por tu blog, me hace recordar la importancia de nuestro propósito.

    ResponderEliminar
  3. El Espíritu Santo en un hogar hace toda la diferencia, Gracias

    Maribel Ramírez

    ResponderEliminar
  4. Así es, yo mismo me encargo de traer el Cielo a la tierra de convertir mi casa en el hogar de Dios.
    Alejandro Rey

    ResponderEliminar
  5. Sabes hermosa ayer fue un día difícil en mi salud y me determiné establecer el Cielo en mi vida y poder ver mi milagro personal. Gracias Espíritu Santo por tu presencia en mi vida cada día!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

VOLVIENDO A LOS BRAZOS DE NUESTRO PADRE DIOS

“Y levantándose, vino a su padre, y cuando aún estaba lejos lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó”. (Lucas 15:20) En este capítulo, vemos como el Padre (Dios) por su inmenso amor y misericordia no le importó, ni cuestionó la condición en la que se encontraba este joven perdido, lo más importante para el padre fue su regreso, quien inmediatamente le recibe con sus brazos abiertos y le perdona. (Juan 3:16) nos muestra como Dios por amor a cada uno entregó a su único hijo, para aquel que en él crea “No se pierda”, sino que tenga vida eterna. Lo mismo nos puede suceder a cada uno de nosotros cuándo nos apartamos de nuestro Padre Dios llevando una vida de pecado, alejándonos de Él, pero cuando reconocemos nuestra falta y nos arrepentimos, siempre tenemos en Él su amor y misericordia. Su amor es tan grande que no nos cuestiona, no nos pide explicaciones, por el contrario se regocija de nuestra actitud hacia Él (humildad). Querido L...

¿NUESTRO CORAZÓN ES EL ALTAR DE DIOS?

ISAÍAS 29:13-14 “13  Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; 14  por tanto, he aquí que nuevamente excitare yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.” Cuando DIOS me dio esta palabra entendí que aun cuando estábamos en la iglesia, en las reuniones, muchas veces sólo asistíamos más por hábito,  que otra cosa, tal vez porque te sentías bien estando en  ese lugar, pero no porque tuvieras  un verdadero deseo en tu corazón de buscar una palabra de parte de DIOS, ya que estando ahí solo te preocupabas de que llegaran tus discípulos o de servir o estar pendiente de lo que te dijera tu líder o pastor o por las preocupaciones del mundo, pero no te preocupabas por ad...

CREYENDO EN LAS PROMESAS DE DIOS

"Promesas" ... Sé que Dios te ha dado tantas promesas a lo largo de tu vida , que tal vez por el tiempo o por lo que has tenido que pasar   te has olvidado de ellas. Conocemos la historia de Abraham y Sara, que Dios les dio la promesa de que iban a tener un hijo   y   que su descendencia iba a ser numerosa Génesis 17:3-9, en un principio no creían en esa promesa por qué les parecía algo imposible pues ya eran avanzados de edad y Sara era estéril. Pero ¿Que sucedió?... Abraham necesitaba fe para poder creer en esa promesa, puede que Abraham y Sara se hubieran rendido por las circunstancias difíciles o por el tiempo que había pasado ... pero decidieron creer en esa promesa y poner su confianza en Dios.  Sabes, creer en las promesas de Dios también significa esperar con alegría, Cuando tenía 13 años Dios me dio una promesa en Isaías 10:27, y él me decía que a través de la unción que el derramará sobre mí, el quitaría el yugo... Y yo le creí, pero en esos mismo...