“Decía además: Así es el Reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque <<de suyo>> lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado”.
(MARCOS 4:26-29)
Con solo ver una semilla a simple vista, no se puede conocer su información genética, es decir, que se puede confundir con cualquier otra semilla; pero una vez que ésta toca la tierra se activa su propósito, ésta tiene un potencial muy grande, una información muy completa para dar fruto por sí misma, ella reconocerá el sol y enviará su luz hacia su tallo y sus hojas y en el otro sentido enviará a sus raíces para que se afiancen y busquen nutrientes.
Este proceso de cualquier ser viviente es para desarrollarse en su propósito sin intervención humana, en la biblia se le dice <<de suyo>>.
<JOB 12:7-9>
“Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; o habla a la tierra, y ella te enseñará; los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas éstas no entiende que la mano de Jehová la hizo?”
El Señor nos invita a que investiguemos a cualquier ser vivo que él creó, pues conoceremos la esencia de su propósito, la grandeza de la creación de Dios, él nos dice: “ellas te enseñarán”, tendríamos que obtener un título universitario para resolver cada inquietud.
Sin embargo Dios nos reclama a nosotros sus hijos, pues somos los únicos que perdemos la dirección de nuestro propósito <<de suyo>>. Por elemental “causa y efecto” el fruto se debería dar naturalmente.
JEREMIAS 2:21
“Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿Cómo pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?”
De vid escogida a vid extraña. Podemos cambiar ésta información con la que Dios nos creó y obtener una información extraña. Nos volvemos voluntariamente de la intención de Dios.
ORACION
Señor, hoy reconocemos nuestro error por permitir que nuestra esencia fuese modificada, por favor a través de tu sacrificio en la cruz del calvario, vuélvenos al original. Queremos dar fruto de forma natural. Que al igual que toda tu creación seamos fieles a la razón por la cual tú nos creaste. En el nombre de Jesús.
FLOR MARINA CORTÉS
🛐
ResponderEliminarWauuu. Que chevere este devocional nuestra naturaleza es dar fruto, lo anormal es no darlo. Muchas gracias
ResponderEliminarMaribel Ramirez
Nuestra esencia como cristianos debe ser el carácter de Cristo , llamados para dar fruto , fruto abundante, fruto que permanezca y lleve más fruto.
EliminarGracias Flor Marina.
Hermosa reflexión que nos invita a comprender que el ADN de Jesús es el que nos hace crecer y fructificar para glorificarlo y cumplir su propósito en Él.
ResponderEliminarGracias por este devocional, Florecita.
Nuestra esencia es dar fruto y fruto en abundancia .,
ResponderEliminarAmen Flor Marina. Gracias por la oración de volver al original. Por permanecer en la vid daremos fruto permanente.
ResponderEliminarMartha Castañeda
Exelente reflexión, la pregunta es qué semilla somos en este momento, una que hemos tratado de modificar por nuestro orgullo, vivencias, falta de diligencia, pereza o es aquella original que Dios quiere que seamos, que tenga el fruto del Espíritu Santo.
ResponderEliminarSomos una creación única, para cumplir propósitos únicos, la verdadera semilla dará su fruto, si permite ser labrada por su creador.!
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