Salmo 107:33-34
“Él transforma ríos en desiertos y manantiales de agua en tierra árida y sedienta. Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías, a causa de la maldad de sus habitantes”.
La maldición no viene sin una razón. Causa y efecto. Una de las leyes principales de la física que se evidencia en lo que nos rodea. A veces caminamos por el mundo pensando que aquello que hemos hecho de manera incorrecta no podrá alcanzarnos alguna vez y reflexionamos que tal vez eso les pasa solo a las personas que no conocen del Señor. Pensémoslo dos veces. Aún en medio de nuestras congregaciones hay personas que viven bajo constante aflicción y dolor en su área financiera. Causa y efecto una vez más… y teniendo a Dios en el asunto la cosa se pone mucho más seria.
Maldición es decir mal, es tener un deseo contrario que se desata sobre alguien o sobre un pueblo. Lo importante de entender aquí es que siempre será una consecuencia por algo. En los términos de Dios eso sucede por causa de pecado o desobediencia principalmente.
El Salmo 107 ilustra esto de manera insistente y nos muestra la dualidad entre la maldición que nos oprime y la bendición que nos libera.
(Vs 4) Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir … si estamos alejados del propósito y además sin una visión clara, en soledad, dependiendo solo de nosotros mismos, estaremos expuestos a la maldición, no habrá una muralla que nos cubra, casa que nos cobije. (Vs 5) Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos … la maldición de la escasez nos ronda, el estar siempre al ras o en déficit, a puertas de la pobreza y la privación de muchas cosas. (Vs 10–11) Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo … al permitir la rebeldía en nuestro corazón contra Dios y su palabra, despreciar las palabras de sabiduría y consejo que nos llegan por medio de nuestras autoridades, damos paso a que la oscuridad nos gobierne y la maldición nos aflija. (Vs 12) Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; cayeron, y no hubo quien los ayuda … lo que parece bueno se torna malo, ni siquiera una buena oportunidad laboral es lo que aparenta ya que trae opresión y sentimos que estamos solos, sin respaldo, sin nadie que nos tienda la mano. (Vs 17) Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades … nos tornamos insensatos, faltos de cordura, mesura, no reconocemos la magnitud de nuestra iniquidad y preferimos hacer nuestra voluntad y rebelarnos contra Dios. (Vs 27) Tiemblan y titubean como ebrios, y toda su ciencia es inútil … no importan nuestros conocimientos o experiencia, nos volvemos indecisos, temerosos y nos tambaleamos de aquí para allá, de mal momento en mal momento.
Pero la Palabra también nos trae misericordia y nos muestra cómo salir de ese estado de maldición: (Vs 6, 13, 19, 28) Entonces clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones; (Vs 8, 15, 21, 31) Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres; (Vs 20) Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina; (Vs 22) Ofrezcan sacrificios de alabanza, y publiquen sus obras con júbilo. ¿Alguno se identifica con la marca de la maldición financiera? Clame derramando su corazón, alabe sin detenerse, escudriñe la Palabra en busca de una promesa, diezme, pacte y ofrenda, proclame las buenas nuevas; Él traerá el resultado, el mejor, el que viene de su gran amor por nosotros: (Vs 29) Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas; (Vs 35) Vuelve el desierto en estanques de aguas, y la tierra seca en manantiales; (Vs 37-38) Siembran campos, y plantan viñas, y rinden abundante fruto, los bendice, y se multiplican en gran manera; y no disminuye su ganado; (Vs 41) Levanta de la miseria al pobre, y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas. Todo esto por un reconocer la falta, identificar la raíz que permanece en nuestro interior, volverse a Dios y recibir su bondad sin dudar o desfallecer.
JUAN CARLOS Y PAULA ANDREA LEAL
Gracias por la enseñanza, ustedes son fiel ejemplo de vivir en prosperidad por la obediencia a su palabra.
ResponderEliminarLos queremos mucho😘
Muy buena reflexión, el desierto es una condición espiritual, y es integral con todas las áreas de nuestra vida. Gracias
ResponderEliminarGracias por esa poderosa enseñanza. El Señor es quien nos provee cuando oimos, guardamos, y ponemos por obra sus mandamientos.
ResponderEliminarJuan y Paula, gracias por una enseñanza llena de la palabra y sazonada con el testimonio de usteds que han sido ejemplo, que tienen un corazón generoso y honesto. Un abrazo
ResponderEliminarQue bendición tener amigos como ustedes que nos animan a ser mejores en esta área. Gracias por está reflexión.
ResponderEliminarBendición de Dios recibir la palabra, viendo y viviendo de cerca el testimonio que son ustedes para los demás.
ResponderEliminarDios los bendiga