Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” Génesis 12:1-2 Como seguidores de Jesús nos hemos llegado a preguntar alguna vez en nuestras vidas ¿cómo puedo ser de bendición? si aún no se lo ha preguntado lo invito a que lo haga hoy; puede que una lista enorme con tareas casi imposibles se vengan a nuestra mente, pero déjeme decirle que el poder ser de bendición va en los detalles más pequeños, hasta encaminarnos a los más grandes; es decir yo soy de bendición cuando no respondo como lo haría alguien que no conoce a Jesús, soy de bendición cuando saco tiempo para ayudar a quien lo necesita, cuando se está pendiente en observar las carencias de quien me rodea. Hace unos días hablando con unos amigos que amo mucho; después de un domingo largo, una de mis amigas me comentaba que cuando me abrazaba yo me quedaba tiesa
Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Desde finales del pasado año 2020 y ahora en el año 2021 por las redes sociales circulan muchos videos de personas hablando del nuevo orden mundial y del reseteo que está proponiendo el Foro Económico Mundial y muchas otras autoridades. Pretenden imponer un nuevo orden y una especie de unidad mundial en algunos aspectos como aborto, eutanasia, derechos LGTBI, legalización de las drogas, socialismo, abolición de la propiedad privada, salud, religión, etc. que vistos desde la óptica del cristiano constituyen una preparación del ambiente para la entrada en escena del anticristo. Desde alguna perspectiva esto puede parecer algo desilusionante porque uno ve que el mundo va camino a su destino, sin embargo, también tenemos que aprender a ver las cosas desde la óptica de Dios, pues nuestro Reino, el Rei